Somos humanos y seres sociales, y como tales, nos relacionamos entre nosotros. Es una de nuestras grandes e importantes características. Estamos hechos para vivir en pareja, en grupo, comunidad, y tener contacto directo los unos con los otros. Es algo sumamente positivo, porque la experiencia nos aporta aprendizaje y nos alimenta de elementos muy positivos día a día pero, como en todo, también tiene su cara B, y son los conflictos.
Lo cierto es que la convivencia es difícil, porque cada uno es de una manera, tiene unos objetivos, está educado de una forma determinada, y tiene sus propios valores. Pasar mucho tiempo con otros que no siempre piensan igual y que tienen su propia concepción del mundo no sólo puede, sino que acaba ocasionando roces. Es absolutamente inevitable, ya que no se puede decir que sí a todo sin poner una serie de límites saludables para nuestro desarrollo.
Lo fundamental de los conflictos, ocurran en el ámbito que ocurran (personal, profesional, escolar…) es saber recibirlos, identificarlos, gestionarlos y solucionarlos, extrayendo la lección que encierren sin que ello nos lleve a destruir la relación, o a sentirnos “arrastrados”.
Los Conflictos Laborales
Los conflictos ocurren muy a menudo en el ámbito profesional, y es que pasamos más de la mitad de nuestro día en el trabajo. Nos relacionamos más con nuestros compañeros, jefes, clientes, proveedores que casi con nuestra familia.
Las situaciones que surgen derivadas del trabajo nos cautivan de tal manera, que nos afectan al resto de áreas de nuestra vida. Y es que el trabajo es muy importante para nosotros y es muy difícil dividir nuestra experiencia interior.
Da igual la responsabilidad que tengamos o el cargo… Todo lo que pasa en el ámbito laboral, es una pieza clave de nuestra vida. Si tenemos un problema con un pago, con un horario, con un compañero… No somos capaces de dejarlo en la oficina, nuestro humor cambiará y nos lo llevaremos a casa afectando a nuestra pareja y/o familia.
Por este motivo, por la importancia que tiene, no sólo en el trabajo, sino en todas las facetas de nuestra vida, es muy importante que cambiemos la forma en la que vivimos el conflicto.
¿Qué quiero decir con esto? Generalmente, percibimos el conflicto como una fuente de insatisfacción e incomodidad, por lo que todas nuestras ideas, pensamientos y acciones van impregnadas de esas emociones cuasi-negativas.
Pero si lo entendemos como una purga de las relaciones que, si conseguimos gestionar la crisis y superarla habremos crecido, se torna un evento muy interesante para el desarrollo humano y profesional. La clave está en saber manejar la resolución del conflicto en cuestión, por supuesto: las guerras, por ejemplo, son conflictos cuya crisis no han sabido manejar, por lo que el efecto y las consecuencias arrasan a todos los implicados en el conflicto.
¿Es posible evitar los conflictos laborales?
Bueno, todo depende de los integrantes del equipo. Un conflicto, normalmente, se ve venir por las personalidades de las personas que están un equipo de trabajo. Si son muy autoritarias, habrá de antemano, conflicto laboral. Si son muy ambiciosas, también. Si son muy exigentes unos y otros muy poco, por supuesto que los habrá.
Éstas y otras cualidades personales de las personas que están trabajando juntas, ya definen a priori si ese grupo es más proclive que otro a sufrir conflictos profesionales. Por lo tanto, para cumplir el dicho de “mejor prevenir que curar”, puedes empezar por hacer una contratación que además de ajustarse a las necesidades profesionales y curriculares que tenga tu empresa, también contemple la creación de un equipo bien ajustado y ensamblado.
Porque, como una vez aprendimos de un directivo: "Puedes tener en tu equipo el mejor jugador del mundo que si no sabe jugar en equipo (valga la redundancia), será el mayor fracaso del conjunto y no valdrá como pieza de un puzle a completar. Si todas las piezas encajan, es mucho mejor a que una pieza sea impresionante, pero esté sola".
Así que, en resumen, ¿Cómo se pueden evitar antes de que lleguen los conflictos profesionales?
- Con contrataciones que encajen en el equipo. Mira y estudia su personalidad y consigue que todos puedan trabajar juntos. Que sean personalidades que se complementen.
- Cuando veas una situación tensa, al primer apunte… ¡Reacciona! Mejor hacer algo sutil al principio que después cuando ya esté montado el "súper conflicto", tener que cortar de raíz con decisiones que podrías haber evitado.
Una vez que llega el conflicto… ¿Cómo actuar?
Pero a veces, por más que se tienen en cuenta estas situaciones previas para poder evitar cualquier conflicto, la realidad es que todos tenemos nuestros días y momentos, y el trabajo suele ser muy estresante, y los roces y disputas, surgen y hay que afrontarlos. En este momento, es cuando más templanza hay que tener para poder solucionarlos de forma, ante todo, constructiva. ¿Qué hay que tener en cuenta y qué medidas adoptar para resolver los conflictos laborales?
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Ante todo, mantener la calma
En este momento, si tu puesto o responsabilidad te lleva a ser la persona que debe encargarse de solucionar el conflicto, no te puedes permitir actuar bajo impulsos. Si te percatas de un conflicto en tu empresa entre dos o varias personas, si lo intuyes o incluso lo presencias o te lo cuenta un tercero, debes permanecer en calma.
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Hazte con toda la información necesaria
Para poder tomar una decisión acertada que solucione el conflicto, es fundamental que conozcas todos los datos… ¡Cuantos más, mejor! Y es que si te falta información o hay algo que no sabes, puedes estar perdiendo la clave para ejecutar la mejor solución. Indaga, pregunta, analiza e incluso, forma parte de la situación para vivirla en primera persona. Así nada se te escapará.
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No tomes partido
Si es un conflicto entre dos miembros de tu equipo que quieres mantener, y que consigan trabajar de forma saludable juntos, lo fundamental es que no te posiciones públicamente hacia ninguno de ellos. Tu papel debe ser el de mediador justo y equitativo.
La intención es siempre que se llegue a un punto de equilibrio óptimo, y beneficios para todos.: las dos partes del conflicto, la empresa y tú mismo. Si te decantas por uno o por otro, en lugar de solucionar, estarás generando más “dolor”, y echando más leña al fuego.
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Evalúa las posibles soluciones con sus consecuencias
Para poder poner en práctica cualquier solución, antes debes evaluar cuáles tienes disponibles, cuáles son viables y qué consecuencias tendrán unas y otras. Así como el impacto a los implicados, y también al resto del equipo.
Esto no sólo afecta a las personas directamente implicadas en el conflicto, sino que también hay “daños colaterales”, y una situación tensa afecta a todo el conjunto de una u otra manera. Con esta información podrás tomar una decisión acertada, justa, de la que todos salgáis reforzados y se construya de forma positiva.
Acciones para resolver el conflicto
Posibles soluciones para un conflicto profesional no te van a faltar. Actualmente se trabaja y mucho en este aspecto, y es que como decíamos al comienzo de este post, tenemos muy asimilado que el trabajo es una parte fundamental de nuestra vida, y ser felices en él es prioritario. Si el profesional está satisfecho y contento, gana la persona, pero sobre todo, gana la empresa. La productividad aumenta y con ello, las ventas y demás áreas del negocio.
Nosotros no somos partidarios de "evitar los conflictos" por las posibilidades de crecimiento que hay en las crisis que se gestionan, y en las que se hace todo lo posible por llegar acuerdos satisfactorios. Pero también somos conscientes de que para lograr lo anterior, es indispensable que estos conflictos se produzcan en un entorno controlado y seguro, como en las sesiones de Coaching y Team Building Experiencial que desarrollamos en Amazonia Team Factory.
Team Building y coaching
Las intervenciones a nivel de coaching de equipos y team building son una magnífica oportunidad para que los conflictos y las corrientes subterráneas puedan aflorar, y se alcancen soluciones satisfactorias. Estos programas deben ir guiados siempre de la mano de un coacher o facilitador experto, que dispone de las herramientas necesarias para gestionar el conflicto y hacerles crecer.
En esta línea, se han desarrollado nuevas dinámicas y acciones absolutamente enfocadas a la resolución de conflictos. El Coaching y el Team Building son dos claros ejemplos de cómo se puede trabajar en positivo para conseguir excelentes resultados con el equipo de un empresa. Motivación, trabajo en equipo, productividad, confianza y conocer las propias cualidades de cada uno para potenciar su participación e implicación en el proyecto, son algunos de los objetivos que a través de dinámicas de Team Building se pueden trabajar de forma exitosa.
Un día, una jornada en plena naturaleza cada cierto tiempo, fuera del escenario habitual de trabajo, fomentando los valores y los objetivos que nos unen, limando las asperezas y desarrollando relaciones saludables será más que suficiente para que todo cambie hacia mejor en tu negocio. Hasta la próxima!
