
La gestión emocional es una destreza a desarrollar en todos los entornos, tanto en los personales como en los profesionales. Las emociones rigen nuestra vida y modifican nuestras conductas a alto nivel. A día de hoy, afortunadamente, estamos evolucionando hacia una toma de consciencia mayor sobre la importancia de la inteligencia y gestión emocional.
Existe un amplio abanico de acciones posibles a implementar para trabajar sobre este ámbito desde terapias diversas, programas de Team Building, coaching, etc. Cada uno debería elegir aquellas que se adecúen a su momento, circunstancias y necesidades. En este post presentamos y profundizamos 8 técnicas de gestión emocional que todos podemos ejecutar en nuestra rutina obteniendo grandes beneficios.
¿Qué es la gestión emocional?
Las emociones son una parte importante de cómo pensamos, cómo nos sentimos y cómo actuamos. Pueden llegar a controlarnos si no tenemos una adecuada gestión sobre nuestros estados emocionales, y llevarnos a tomar decisiones que nos perjudiquen. Las emociones, si toman el control, se adueñan de todo y se erigen como las absolutas protagonistas. Tanto, que a veces pasada la tempestad, nos cuesta incluso reconocernos en la actitud que hemos tomado bajo el influjo de esas emociones.
Pero, ¿se puede tener control sobre las emociones? ¿Es posible conseguir conducirlas por donde se desea y evitar que te "secuestren"? Por supuesto. Las emociones, como casi todo en esta vida, son controlables y más, por nosotros mismos ya que forman parte de nuestro ser. Tomar el control de nuestras emociones nos proporcionará una vida más saludable, madura y enriquecedora sin sobresaltos ni situaciones dramáticas.
La gestión de las emociones
El objetivo de la gestión de las emociones es mantener la calma ante situaciones que nos suelen generar una alteración físico - emocional - intelectual. Sabemos que emociones como el dolor, la rabia, la ira, la frustración, el enfado, además de generar otras emociones negativas, también se manifiestan en somatizaciones físicas, como la asfixia, ansiedad, problemas en la piel, vómitos, mareos, etc.
Igualmente, las emociones positivas (alegría, amor, empatía, autoestima,...) también generan un flujo positivo y son beneficiosas para nuestra salud.
Para conseguir este objetivo habrá que trabajar sobre la gestión emocional que consiste precisamente en aprender a identificar nuestras emociones para modularlas. No se trata de evitar vivir situaciones diversas (que además forman parte de la vida diaria y cotidiana de todos). No podemos bloquear el transcurso de la vida, pero sí aprender a gestionar cómo nos tomamos esas situaciones y además, cómo las implementamos (sus consecuencias) en nuestra vida.
Ante una situación determinada todos tenemos diferentes opciones de reacción. Elegir la más beneficiosa para cada uno es lo importante de la gestión emocional, porque eso significa que estás siendo libre de elegir tu reacción.
En resumen, como se dice la filosofía oriental: el dolor es inevitable, pero el sufrimiento, es opcional. Si fallece un ser querido, o nos hacemos daño, dolerá, pero el sufrimiento es un constructo que se forma en nuestra mente, por un dolor que no hemos superado.
Inteligencia emocional
Trabajar en la gestión de las emociones es aumentar nuestra inteligencia emocional. Eso supone asumir nuestra total responsabilidad sobre cómo nos sentimos, y desarrollar el auto-amor y auto-cuidado. Cada uno debe aprender a gestionar sus emociones y no dejarse llevar por las vorágines emocionales detonadas por situaciones complicadas.
La pregunta es, sobre todo para los que asumen este cambio por primera vez, ¿cómo gestionar estas emociones de forma positiva y además, saludable sin morir en el intento? Hay técnicas, dinámicas y procesos que nos ayudarán, pero sobre todo, cabe destacar que es un proceso que nos llevará toda la vida. Las emociones son fuertes, muy fuertes y siempre tenderán a impresionarnos si no estamos atentos.
Técnicas para la gestión emocional
La gestión de las emociones nos ayudan a empatizar mejor con los demás; evitar enfrentamientos innecesarios; tomar mejores decisiones; aumentar nuestra resiliencia; mejorar la asertividad y la autoestima; incrementar nuestro rendimiento en el trabajo; y a establecer vínculos positivos con otras personas.

1. Recordar y afianzar tus virtudes y éxitos - seguridad en uno mismo
Ser conscientes y recordar nuestra valía nos ayudará a transitar mejor las situaciones complicadas. Trabajar nuestra autoestima y seguridad en nosotros mismos ayudará a no perder el control. La resiliencia hace referencia a nuestra capacidad de recuperación de las situaciones difíciles. Recordarlo en el momento clave, nos ayudará a convencernos de que de ésta, también saldremos victoriosos si sabemos gestionarlo. Ya lo hicimos anteriormente...
2. Gestión emocional: Distraer la atención - desfocalizase
No se trata de evadir el asunto, ni de liberarse de la responsabilidad sino, en el momento clave, desviar la atención para poder coger aire, distancia y ver la situación con perspectiva. Las emociones pueden hacernos perder la visión amplia de la situación. Esta técnica consiste en desconectarnos emocionalmente, para luego volvernos a conectar, centrados en lo importante.
3. Poner atención en el futuro inmediato
¿Cómo se come un elefante? Bocado a bocado... Cuando estamos bloqueados por las emociones, uno de los errores de nuestra mente es la incapacidad para la acción, ya que nos vemos sobrepasados por la situación. Pensar demasiado en el largo plazo nos llevará a sumar angustia y a no estar focalizados en el presente. Tenemos que ir paso a paso, uno cada vez. Poner los pies en el presente y en el futuro más inmediato nos ayuda a ir solucionando las situaciones con fluidez.
4. Gestión emocional: Meditar como herramienta diaria
Científicamente está probado que meditar a diario, ayuda a la gestión emocional. Cuando meditamos damos descanso al cerebro y la oportunidad de regenerarse. Solo cuando nuestra mente está en calma, podemos ser eficaces en la situación difícil que tenemos por delante. No hay que convertirse en un maestro de la meditación… Con unos minutos al día en el que bajemos el nivel de intensidad mental y emocional, nos bastará para adquirir la destreza de calmar nuestra mente.
5. Espacio para la preocupación… Controlado
Se trata de ocuparnos de la situación y hacernos responsables no de “preocuparnos” y menos, en exceso. Y sobre todo, elegir el momento adecuado para hacerlo. Seguramente, en el momento del shock emocional no sea lo más aconsejable tomar medidas. Calmarnos primero, y después ocuparnos de lo que ocurre tomando acción. Preocuparse es como el sufrimiento, es opcional.
6. ¿Qué es lo peor que puede pasar?
Somos los dueños de nuestras emociones. Para lo bueno y para lo malo. Normalmente, los peores y más trágicos escenarios están solo en nuestra mente. El 90% de lo que pensamos que pasará, nunca ocurrirá, pero mientras, hemos vivido las consecuencias emocionales.
Cuando ocurra un hecho drástico o negativo, ayuda pensar “¿qué es lo peor que puede pasar?”, pero con objetividad y racionalidad. Normalmente, nos sorprende que el peor de los escenarios posibles no es ni de lejos, la peor de las opciones. Y que además, para casi todo, tenemos solución de una forma u otra.
7. Journaling
Está comprobado que escribir ayuda de una forma excelente a la gestión emocional. Nos solemos quedar con todo dentro de nuestra mente, dándole vueltas y no lo soltamos. Escribir y/o practicar journaling nos ayudará a sacar todo lo que rumiamos. Es un ejercicio altamente beneficioso que cada vez más se implementa como herramienta básica en empresas y otros ámbitos.
8. Tomar espacio para recuperar el autocontrol
Date tiempo, espacio y lugar para recomponerte. Todo lleva su tiempo y cualquier shock emocional te robará energía. Necesitarás recuperación y para ello, el espacio y la distancia emocional es fundamental. Permítetelo. Nada es tan urgente ni te requiere a los 5 minutos. Bajar el nivel de alerta y controlar los niveles de cortisol te ayudará a ver todo desde otra perspectiva.
Con estas técnicas para la gestión emocional podemos hacernos cargo de las consecuencias derivadas de cualquier noticia, hecho o situación de la vida. Estas técnicas forman parte de nuestros programas de Team Building y Alto rendimiento, las cuales diseñamos de forma personalizada. ¿Hablamos?