Estamos seguros de que todos hemos oído hablar sobre Inteligencia Emocional y sus grandes beneficios en el entorno laboral. Y es que aunque sea algo que debería haber estado siempre ahí, la realidad es que no sólo no lo estuvo, sino que a día de hoy hacemos un uso muy escaso de ella, de la Inteligencia Emocional, y nos perdemos todo lo que puede aportarnos en todos los ámbitos de nuestra vida, incluido en ese lugar en el que pasamos más de la mitad de nuestra vida, que es el trabajo.
Por eso, es siempre una gran idea realizar o implementar un curso de inteligencia emocional en el trabajo porque sus beneficios son tales que los podrás ver tanto desde el primer instante, a medio – largo plazo, según vayas adquiriendo experiencia con tu equipo y poniendo en práctica lo aprendido.

¿Qué es la inteligencia emocional?
La “Inteligencia Emocional” como concepto o mejor dicho, como término, es algo relativamente nuevo y lo usamos desde que Daniel Goleman, afamado y refutado psicólogo estadounidense, lo acuñó para poner nombre a la acción y/o habilidad de comprender, identificar y regular las emociones propias y también de los demás. Como es algo que “no es fácil” se requiere de cierta inteligencia para poder lograrlo, de ahí que su nombre sea Inteligencia Emocional.
Desde que Goleman comenzara a usar el término y escribiese el conocido libro del mismo nombre, numerosos estudios se han parado a indagar y profundizar más en este estadio avanzado de la inteligencia del ser humano, y es que cada vez somos más conscientes de que las emociones están presentes en nuestro estado de ánimo y en nuestra capacidad para afrontar las dificultades y tomar decisiones. Por tanto, la gestión de las emociones marcará la diferencia en nuestros resultados y en el rendimiento, además de mejor y equilibrar nuestro estado de vida.

¿Por qué es positivo trabajar la Inteligencia Emocional?
La inteligencia emocional, conocerla, tratarla y trabajarla día a día es algo realmente importante que puede aportarnos un extra de sabiduría para con nosotros mismos, y por supuesto, para con los demás, mejorando todos los aspectos de nuestra vida, de nuestro entorno, nuestras relaciones y por supuesto, nuestra parte profesional. Al final, el trabajo es una de las extensiones más importantes de nuestra vida porque en él pasamos mucho tiempo y rige y modula cómo vivimos en el día a día, por lo que contar e implementar en él una buena dosis de Inteligencia Emocional sólo puede aportarnos beneficios. ¿Cuáles?
Tomar decisiones mejores a través del autoconocimiento:
Conocernos a nosotros mismos es el paso inicial y básico para poder realizar con éxito cualquier tarea en nuestra vida. Es absolutamente inviable tomar decisiones acertadas si no nos conocemos, y si no tenemos para con nosotros mismos buenas dosis de compasión, comprensión, respeto y valoración propia. Ésto es lo que nos aporta la Inteligencia Emocional, por tanto, si la pones en práctica podrás tomar decisiones mucho más acertadas basadas en tus necesidades y objetivos. Y no sólo en el terreno profesional, que por supuesto es clave, sino también tu vida diaria y cotidiana.
Evita el estrés:
Una adecuada gestión de las emociones, además de permitirnos tomar decisiones con mayor foco y mejor fundamentadas, nos hará permanecer más tranquilos antes las dificultades. Si te conoces, si te tratas con respeto, si tienes compasión y compresión de ti mismo, el estrés no tendrá lugar en ti, y vivir sin estrés de forma continuada y constante es uno de los mayores logros que todos podemos alcanzar y disfrutar.
Mejora notable de la comunicación:
Porque todo lo que implementamos en nosotros mismos nos ayuda a ponerlo en práctica con los demás, y si entendemos el por qué de cada una de nuestras emociones podremos saber por qué el otro actúa de una manera o de otra, y por ello, tener una comunicación más saludable, respetuosa y fructífera. O mejor dicho, no podemos dar al otro lo que no nos damos a nosotros mismos y como todo empieza por uno mismo, la Inteligencia Emocional te ayuda contigo y con los que te rodean.
La comunicación emocional es una de las herramientas más importantes para ejercer el liderazgo, ya que podemos desarrollar la empatía y la asertividad, competencias relevantes para cualquier responsable de equipos.
Aumento de la productividad y rendimiento laboral:
Uno de los aspectos más importantes como venimos diciendo de la Inteligencia Emocional es el aspecto profesional o su implementación en nuestra área laboral. Si somos personas emocionalmente más inteligentes, si estamos aplicando los principios básicos de atender a nuestras emociones y gestionarlas, estaremos liberados de estrés, lo que nos ayudará a focalizarnos más y mejor en nuestras tareas profesionales, aumentando así nuestra concentración y orientación hacia el logro, nuestra productividad y rendimiento.
La mente que permanece en calma y no en constante tormenta, yendo de un sitio a otro en cuestión de segundos, aumenta sus posibilidades de tener éxito en la tarea y de fluir con las diferentes situaciones.
Clave para el liderazgo y la capacidad de influencia:
Otro de los beneficios de trabajar la inteligencia emocional es que nos aporta mucha seguridad en nosotros mismos y autoconfianza, sin rebasar la barrera de la prepotencia y el ego. Nos permite estar en esa delgada línea de forma sólida, lo que es básico para desarrollar buenas cualidades de liderazgo y poder tener una postura de líder (que no de jefe) que a todos convenza, empezando por nosotros mismos.

¿Por qué hacer un curso de Inteligencia Emocional en el trabajo?
Porque invertir en Inteligencia Emocional es una apuesta segura, primero para ti como persona y como profesional; segundo para tu empresa porque de este curso al beneficiarte tú, tu actitud va a cambiar (a mejor siempre), y tu entorno será primero en percibirlo. Tus cualidades profesionales van a dar un salto cualitativo al trabajar desde otro prisma, el de la gestión y la Inteligencia Emocional, y ya se sabe que cuando uno se mueve, todo lo demás también lo hace para ajustarse.
Además, si el curso lo realiza el equipo, conseguirás beneficios añadidos tales como:
- Una comunicación global y general mucho más efectiva y eficiente con una escucha activa básica y productiva.
- Un trabajo en equipo mucho más positivo y orientado a resultados en el que los integrantes del equipo sabrán cómo gestionar cada posible incidencia desde esa Inteligencia Emocional trabajada.
- Una capacidad mucho más desarrollada para solventar incidencias y posibles problemas profesionales.
- Un dominio de uno mismo como piezas del grupo basado en la confianza y en la motivación.
Y así un largo etcétera de beneficios por realizar un curso de Inteligencia Emocional en el trabajo. En próximas entregas iremos profundizando en el tema, y relacionándolo con estados de nuestra psique mucho más saludables y optimizados.