
La estimulación cognitiva consiste en una serie de acciones, cuyo objetivo es mejorar el rendimiento mental y mantener un estado óptimo de las capacidades superiores del cerebro.
Se compone de una serie de ejercicios de estimulación cognitiva orientados a mejorar el funcionamiento intelectual, es decir, la atención, la memoria, concentración y foco, razonamiento (numérico, abstracto, verbal), planificación, percepción,… mediante la realización de distintas actividades en la vida diaria.
Precisamente estas funciones tienen una gran importancia en el desarrollo psico-fisiológico del Alto Rendimiento. El estrés y los hábitos de vida poco saludables tienen un impacto negativo en nuestras capacidades intelectuales y emocionales, y son un obstáculo para conseguir unos resultados excelentes.
Prevenir el deterioro cognitivo
El deterioro cognitivo es una alteración del funcionamiento intelectual, donde uno o varios procesos cognitivos están funcionando mal. Este deterioro tiene 2 vertientes: el normal y propio de la edad y del envejecimiento celular (a partir de los 20 años); y el patológico, que es un deterioro anormal y progresivo que nos hace desarrollar una enfermedad neurodegenerativa.
Hoy en día, gracias a la aparición de la neurociencia y del desarrollo de las tecnologías de diagnóstico por imagen, podemos estudiar al cerebro como nunca antes lo habíamos hecho, y sabemos que tenemos a nuestro alcance hacer algunas cosas para conservar y mejorar la función cognitiva.
5 rutinas para mantener tu cerebro en forma
Te presentamos nuestra propuesta de rutinas sencillas, pero si consigues incorporarlas a tu forma de vida, estarás manteniendo niveles óptimos para combatir el envejecimiento celular de tu cerebro, además de prevenir la aparición de enfermedades neurológicas en el futuro.
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Ejercicios de estimulación cognitiva: gimnasia para tu cerebro
Una de las características más importantes de nuestro cerebro, la neuroplasticidad, que es la capacidad que tiene el cerebro de moldearse a través de la experiencia, de cambiar cuando interacciona con el entorno, es la propiedad fundamental sobre la que se apoya la eficacia de los programas de estimulación cognitiva. Lo que se practica y se entrena genera conexiones neuronales que, con el paso del tiempo, no se debilitan o destruyen.

Entrenar tu cerebro ayuda a ralentizar los procesos degenerativos de las neuronas, tanto los debidos a la edad como los que se deben a una enfermedad degenerativa; nos permite entrenar destrezas intelectuales como la memoria, atención, concentración y las capacidades viso espaciales; y a ganar en rapidez mental para resolver problemas, tomar mejores decisiones y desarrollar el ingenio y la creatividad.
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Ejercicio físico: oxígeno y endorfinas para tu cerebro
Los beneficios del ejercicio físico moderado sobre el organismo han quedado ampliamente demostrados, y un órgano tan importante como el cerebro no se queda fuera de ellos. Se sabe que una mejor condición física se asocia a conexiones cerebrales más fuertes y más resistentes a debilitarse.
Esto tiene que ver con 2 aspectos clave: por un lado, el ejercicio físico moderado mejora la capacidad aeróbica del organismo, esto quiere decir que el oxígeno que llega a nuestras células neuronales es mayor; pero por otro, tiene que ver con el funcionamiento intrínseco del cerebro, ya que cuando practicamos ejercicio físico, ambos lados del cerebro (derecho e izquierdo) tienen que trabajar de forma sincronizada para producir el movimiento, generando una química positiva muy especial que bañará todas las células.
Al fin y al cabo, nuestro cerebro funciona con impulsos eléctricos y químicos que crean un entorno específico de funcionamiento, y el ejercicio físico desarrolla una química adecuada para un estado cognitivo óptimo.
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Autoestima y relaciones sociales: consigue un cerebro feliz
El estrés, la depresión y la ansiedad son trastornos del sistema nervioso que, de darse de forma prolongada, afectan a nuestro rendimiento intelectual.

Nuestro cerebro está compuesto de varios cerebros. Por ejemplo, con la emoción del miedo activada, el cerebro reptiliano (el cerebro de la supervivencia) toma el control sobre nuestras capacidades superiores, con el fin de evaluar la situación y optar por una de las 2 respuestas posibles: atacar o huir.
El problema es que a veces, esos miedos poco tienen que ver con peligros reales, y mucho con miedos psicológicos, pero éso a tu cerebro le da igual, va a tratar de la misma manera un riesgo real de accidente que una fobia a entrar en un ascensor. Y las acciones que tu cerebro pondrá en marcha serán idénticas en ambos casos: el cerebro de la supervivencia desconectará las capacidades superiores, sustituirá el pensamiento crítico por el instinto, agudizará los sentidos y se preparará para huir o atacar.
Mantener una buena relación consigo mismo y con los demás ayuda a conservar un estado saludable de nuestras emociones. El “secuestro emocional” es uno de los factores que merman nuestras capacidades intelectuales y que afectan negativamente en el rendimiento.
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Dieta neuroprotectora: dieta Mind para el retraso neurodegenerativo
La dieta MIND (Mediterranean-DASH Intervention for Neurodegenerative Delay) está centrada en incluir alimentos que protegen a nuestro cerebro del envejecimiento celular. Podemos traducirla como la “dieta para el retraso neurodegenerativo”.
Consiste en eliminar o reducir al mínimo los alimentos que producen inflamación celular, como las carnes rojas, las frituras, la comida rápida, las pastas y dulces, e incluyendo más vegetales, frutas, cereales, carnes de corral, pescados y frutos secos.
En las enfermedades en las que existe un componente genético como son las neurodegenerativas, la alimentación juega un papel crucial como activador o silenciador de esos genes perjudiciales. Como decía Hipócrates, “Así como la comida causa enfermedades crónicas, también puede ser la cura más poderosa. Que la alimentación sea tu medicina”.
En resumen, una mente “embotada” tiene una correlación directa con una alimentación deficiente o inapropiada. Si quieres aumentar tu rendimiento, cuida lo que comes, y también, lo que comen lo que comes.
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Las neurovitaminas y ácidos grasos: un cerebro supervitaminado y mineralizado
Multitud de estudios señalan la relevancia de algunas vitaminas y de ácidos grasos (Omega3 y Omega6) en la prevención del deterioro cognitivo y en la creación de nuevas células cerebrales. Concretamente, las vitaminas del grupo B, C, D y E, que ya las hacen llamar las “neurovitaminas”, desempeñan un papel muy importante en la producción de neurotransmisores (sustancias químicas que transportan información entre el cerebro y el organismo), en los procesos de oxidación de las células y en la prevención de enfermedades neurodegenerativas como el Alzehimer, Parkinson y Esclerosis múltiple.

Nuestra dieta está empobrecida, y no conseguimos ingerir a través de la alimentación la cantidad diaria que necesita nuestro cerebro para proteger las funciones cognitivas. El problema es que un déficit en las neurovitaminas o en los ácidos grasos implicados en el funcionamiento normal del cerebro se nota a largo plazo, por lo que, muchos neurólogos recomiendan tomar complementos que nos den el aporte diario de estas vitaminas y ácidos grasos.
Hasta la próxima!