Las relaciones entre miembros de un mismo equipo son muy importantes, pero también son tremendamente importantes las relaciones entre departamentos de una misma empresa.
¿Por qué abordamos hoy este tema? Resulta que una de las causas más frecuentes de descontento en las empresas, que habitualmente obtiene notas muy bajas en las encuestas de satisfacción, es precisamente la escasa o nula comunicación interdepartamental.
Aunque a priori no parezca un problema realmente importante desde el punto de vista de la gestión de un equipo, debemos hacer caso a las encuestas de satisfacción y guiarnos por datos empíricos. Debemos preguntarnos: ¿qué aporta una buena comunicación entre departamentos para que sea tan importante?
1) Un departamento no es una isla
Un departamento es más bien un barrio de una ciudad. Es más o menos autodependiente en algunos temas del día a día, pero necesita de los demás barrios para sobrevivir y está englobado dentro de estructuras administrativas más amplias.
La percepción de isla que muchas veces se tiene en los departamentos encapsulados lleva al aislamiento. Y cuando un equipo no se siente parte de un todo más amplio se pierde la noción de compañía, perdiendo cualquier posibilidad de engagement.
2) Conocer a otros profesionales es enriquecedor
Son raras las personas que no gustan de conocer el trabajo de los demás para aprender algo. Esta es la cuestión, aprender del trabajo que están haciendo otros para saber cómo mejorar el tuyo. Es más, saber la forma en la que funcionan otros departamentos dentro de la misma empresa es la mejor manera de obtener ideas para saber cómo mejorar el propio.
A fin de cuentas, la mayoría de trabajadores son personas de un nivel similar contratados por la misma compañía y que desempeñan su labor en un entorno similar. El intercambio de información en estas circunstancias resulta beneficioso de una forma muy directa.
3) Compartir puntos de vista hace mejorar el trabajo
Aunque las tareas de dos personas pertenezcan a departamentos diferentes, pueden estar firmemente ligadas. Es extraño encontrar departamentos en los que todos sus clientes son ajenos a la compañía. Lo habitual es que los departamentos tengan uno o varios proveedores y clientes internos, es decir, el producto de su trabajo está orientado a otros departamentos o miembros de la empresa.
Compartir puntos de vista sobre el trabajo con otros departamentos nos permite ponernos en la piel del otro y pensar por un momento cómo somos percibidos nosotros mismos, cómo es percibido nuestro departamento y nos da pistas para saber cómo mejorar de forma casi inmediata.
Al fin y al cabo, si podemos hacer más sencillo el trabajo de nuestros clientes y proveedores internos, haremos más sencillo el trabajo de nuestro departamento de forma indirecta. Reduciremos la tensión y mejoraremos los flujos de trabajo.
4) Ver el mundo más allá de cuatro paredes
Aunque nos cueste reconocerlo, la gente a veces se quema en los trabajos y empieza a mirar hacia fuera. No siempre es posible evitar que una persona se cambie de empleo, con la pérdida de conocimiento organizacional que eso conlleva.
Sin embargo, podemos mitigar el burnout en primer lugar y la pérdida de un trabajador en segundo lugar simplemente derribando las paredes de los departamentos, en un sentido metafórico, claro. Debemos entender que una persona a veces simplemente está cansada de su profesión o de la labor que desempeña. Pero si ven que con sus conocimientos y experiencia podrían estar trabajando en otros departamentos dentro de la misma empresa, en ocasiones esto puede motivarles para intentar conseguir un ascenso “horizontal”.
Los ascensos horizontales tienen una serie de beneficios muy interesantes para empleados y empleadores en los que no vamos a profundizar en este momento. Baste decir que la posibilidad de tener un puesto totalmente diferente puede ser suficiente para mejorar la motivación de una persona.
5) Las relaciones personales son el pegamento de una empresa
Tener un equipo cohesionado sirve de poco si no se siente igual de unido a otros departamentos que son necesarios para desarrollar toda la labor orientada al cliente en conjunto. No es lo mismo tener que colaborar con un departamento del que solo sabes que envían documentación y esperan recibir un producto terminado que colaborar con un departamento donde hay personas que aprecias y con las que te llevas bien.
Esto no solo mejora el clima laboral del día a día, sino que mejora de manera espectacular la resolución de incidencias. Cuando una piedra entra en nuestro sistema de producción y surgen los problemas, la mejor fuerza a la que podemos apelar es la voluntad de todos los implicados para colaborar en resolverlo. Si hay varios departamentos implicados, muchas veces surgen luchas de poder o existen intereses creados. Pero si percibimos que estamos todos en el mismo barco y apreciamos personalmente a la gente con la que tenemos que trabajar codo con codo, toda política queda diluida.
La relación entre departamentos muchas veces es la gran olvidada dentro de las empresas de tamaño medio, pero no deberíamos menospreciar su potencial y su impacto directo en la motivación personal y la importancia que tiene de facto dentro de los circuitos de producción.