Hace semanas que venimos escribiendo sobre los Equipos de Alto Rendimiento, y con este post sobre Desarrollo y Liderazgo, pretendemos cerrar esta primera serie introductoria. En un post anterior, os contábamos que los equipos de Alto Rendimiento tienen objetivos muy claros que además, cada uno de los miembros conoce a la perfección, así como la ruta para alcanzarlos. Los integrantes de un equipo de alto rendimiento están satisfechos y motivados, y quien lidera tiene habilidades muy marcadas para cohesionar y mantener comunicación eficaz con su equipo y con personas externas a él (desde directivos de la empresa hasta clientes o proveedores).
Hablaremos del desarrollo de los equipos de alto rendimiento, más allá de las características por todos conocidas: diferenciación de roles, buena integración, capacitación para el trabajo, etc. A su vez, el líder tendrá la singularidad de ser creíble, porque cumple con sus compromisos, aunque también porque confía en los demás; ya lo dijo John C. Maxwell: “la primera persona a la que necesito liderar soy yo; la primera persona que debería cambiar soy yo”.
Prácticas necesarias en los Equipos de Alto Rendimiento
Es precisamente la diversidad de los componentes el equipo lo que aporta una ventaja y facilita la consecución de objetivos. La idea de que el conjunto es más importante que cada uno de los integrantes, le da muchísimo valor a un equipo de alto rendimiento, y facilita otro posicionamiento en la superación de los desafíos.
La anterior afirmación que sobre el papel queda estupendamente y es el pensamiento y la corriente con la que todos sintonizamos, cuando lo queremos poner en práctica nos topamos con actitudes personales que nos cuesta abandonar: se requiere de trabajo para que esos equipos antepongan el "nosotros" al "yo", que es justo lo que significa trabajar desde la unidad y la cohesión.
Entonces... ¿Cómo encaminar a nuestro equipo para obtener unos resultados increíbles y convertirlos en un Equipo de Alto Rendimiento? A continuación os ofrezco una serie de ‘tips’ imprescindibles y que se deben tener en cuenta una vez el equipo ha sido formado. Se trata de no perder de vista el objetivo ni el camino, y sin olvidar nunca el verdadero sentido del trabajo en equipo:
- Facilitar el conocimiento de metas por parte de los miembros del equipo.
- Diseñar sistemas sencillos de seguimiento y localización de imprevistos y fallos en el trabajo: puede ser mediante medición de pequeños objetivos imprevistos, comunicación fluida entre los miembros.
- Tener una planificación sistemática del proceso, en cuanto a los tiempos de las tareas, los planes alternativos.
- Diferenciación de roles.
- Normalizar el aprendizaje de los errores.
- Mantener la motivación y cohesión del equipo mediante pequeños gestos.
- Reemplazar objetivos cumplidos.
Desarrollo en los equipos de Alto Rendimiento
Nos vamos a centrar en dos aspectos fundamentales como son las fases y las características que estos equipos deben poseer. Como suele ocurrir, es más fácil teorizar que aplicar en la práctica, y lo que parece sencillo se torna complicado, por eso durante el proceso de creación de uno de estos equipos, el papel del líder se vuelve relevante, ya que es la persona que dentro de un Equipo de Alto Rendimiento, asume la función de revisar el camino y realizar los ajustes necesarios para mantener una alta motivación en el equipo.
Fases en el desarrollo de equipos de Alto Rendimiento
Conocer las etapas que un equipo atraviesa hasta convertirse en un Equipo de Alto Rendimiento nos proporciona una guía y nos permite identificar el momento en el que se encuentra el equipo para seguir avanzando. En el proceso y en el devenir del equipo se pueden producir tanto avances como retrocesos, y es una cadena de estados que nunca terminan de re-producirse: cuando parece que estamos a un nivel aceptable, el entorno, la competitividad, las personas o la cultura cambian y hay que volver a calibrarse. A nuestro parecer, ésa es la auténtica magia de los Equipos de Alto Rendimiento, la capacidad de adaptarse y resurgir cual Ave Fénix.
Ligado a lo anterior, la competencia excepcional de los líderes de Equipos de Alto Rendimiento es tener la capacidad de convertirse en el "maestro regulador", en el director de una orquesta perfectamente afinada, aunando voluntades y alineando actitudes que consiguen ir más allá de los resultados esperados.
Etapas de desarrollo de un equipo de Alto Rendimiento:
Generando equipos de Alto Rendimiento.
En esta etapa, los componentes aún tienen poca experiencia y se muestran altamente dependientes del líder, actitud que cambiará con el tiempo, ya que el equipo evolucionará de la "dependencia" a la "autonomía". Es el momento de definir metas y distribuir roles, pero también de manejar la inseguridad y la incertidumbre respecto a la propia función dentro del equipo.
Fase de adaptación en un equipo de Alto Rendimiento.
Aún se vislumbran ciertas reticencias (dependiendo de experiencias anteriores de los miembros del equipo) a trabajar en equipo de forma colaborativa (no competitiva). Se trata de un equipo aún inmaduro que necesita fuerte presencia del líder.
Estabilización del equipo de Alto Rendimiento
En una fase previa a la plenitud del equipo, sus miembros asumen la responsabilidad de su cometido, mejoran las habilidades de comunicación interpersonales, y son capaces de lograr consenso en los temas de interés que les preocupan.
Madurez del equipo
Las metas están cerca de cumplirse según el plan previsto, el líder y los compañeros en quien delega, van realizando ajustes y correcciones. La comunicación es plena y todos están satisfechos con la pertenencia al equipo y al proyecto. Existe un fuerte sentido de "visión común" para abordar cualquier tema relacionado con el equipo o los proyectos.
Alto rendimiento pleno
Consecución y renovación de objetivos, satisfacción por la finalización del proyecto, crecimiento personal e interpersonal. Compromiso total con el equipo.
Características que deben poseer los equipos de Alto rendimiento.
En un equipo de alto rendimiento, los resultados quedan optimizados cuando prestamos especial atención al proceso, pero hay determinadas características y destrezas que indudablemente, favorecerán el desarrollo y crecimiento de un Equipo de Alto Rendimiento:
- Diversidad, para mejorar las competencias y el reparto de roles.
- Flexibilidad y pensamiento crítico.
- Buenos comunicadores, con especial énfasis en la escucha y la argumentación.
- Capaces de conectar bien con sus compañeros.
- Afán de superación y espíritu de cooperación.
El líder debe evaluar si estas características y destrezas se cumplen en los miembros del equipo, y debe proporcionar los recursos necesarios para la adquisición y mejora de dichas competencias. Una de sus funciones es la de realizar un análisis somero de las fortalezas y debilidades que le permita optimizar al equipo.
Liderazgo en los equipos de Alto Rendimiento
Sabéis que nos encanta hablar sobre liderazgo y líderes; pero además tenemos que aportar algunas cualidades de los líderes de estos equipos de trabajo. Es muy importante que asuman responsabilidades, y que reparen actuaciones erróneas, o propongan mejoras partiendo de ellos mismos. Estos líderes son humildes y personas de confianza; también son honestos y resolutivos. Además, aunque suelen contar con el resto de componentes del equipo, saben cuándo se han de tomar decisiones a solas, por tratarse de situaciones delicadas. Por supuesto, también saben delegar.
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